El 11 de agosto la Comunidad de Sant’Egidio de Buenos Aires abrió una nueva casa de acogida para personas que viven en situaciones de gran precariedad habitacional.
Actualmente viven en la casa dos personas que pasaban por una situación de extrema dificultad: una mujer anciana, que para mantener a su hijo gravemente enfermo elabora pequeños objetos artesanales de madera que vende por la calle y un joven enfermo.
Se trata del segundo centro de este tipo que gestiona la Comunidad de Sant’Egidio en la capital argentina. El primero, la “Posada del papa Francisco”, se inauguró en plena epidemia de Covid-19 para dar cobijo a tres personas que pasaban por una situación de gran dificultad durante el confinamiento. Este centro también es el fruto de una colaboración con el rabino Samuel Bonino. La experiencia de estos años ha demostrado que es posible ofrecer respuestas concretas al drama de la exclusión social, devolviendo dignidad y esperanza a quien lo ha perdido todo.